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¿Cómo prevenir la coccidiosis?
08-03-23
Una de las enfermedades no respiratorias más comunes en el cebo es la coccidiosis. En este artículo nos centraremos en ella y veremos cómo prevenirla.

¿Cómo prevenir la coccidiosis?

En el cebo, las enfermedades no respiratorias más comunes son:

  • Timpanismo ruminal
  • Queratoconjuntivitis infecciosa bovina
  • Coccidiosis
  • Problemas de fotosensibilización
  • Pododermatitis y otros problemas podales
  • Clostridiosis
  • Traumatismos

En este caso, nos centraremos en la coccidiosis, una enfermedad parasitaria producida en los rumiantes por el género Eimeria. Las especies de Eimeria son generalmente parásitos gastrointestinales y la mayoría se localizan exclusivamente en el intestino, siendo altamente específicos del huésped. En bovinos, la mayor patogenicidad la producen Eimeria bovis y Eimeria zuerni.

El ciclo de vida de las especies de Eimeria contiene tres fases principales; las dos primeras fases son internas (replicación asexual y sexual), seguidas de esporogonia ambiental (esporulación). El desarrollo interno del parásito dura de 1 a 3 semanas.

Los animales se infectan al ingerir ooquistes esporulados. Después de la ingestión, los ooquistes liberan esporozoitos que, a continuación, invaden el epitelio de la mucosa. El parásito se reproduce en las células intestinales causando daños adicionales. A medida que el daño a la mucosa intestinal continúa, se produce hemorragia y disminuye la capacidad de absorber fluido, dando como resultado la diarrea y la disentería. Después de un tiempo, cominenza la fase sexual de la reproducción, ooquistes no esporulados se producen y pasan a las heces contaminando el medio ambiente.

El periodo de tiempo desde la infección hasta el comienzo de la excreción de ooquistes fecales dura entre 15 y 23 días. La excreción de ooquistes hasta que el huésped elimine la infección, varia de 2 a 26 días. Es importante decir que los ooquistes de Eimeria no son infecciosos en la excreción, y necesitan un periodo en el medio ambiente para ser infectivos. Este proceso se denomina esporulación, y es más rápido en condiciones cálidas y húmedas. En condiciones óptimas, la esporulación puede tener lugar en tan solo 2 o 3 días. Los ooquistes ambientales se transmiten directamente por infección fecal-oral, los huéspedes susceptibles ingieren alimentos contaminados, beben de fuentes de agua contaminadas, lamen superficies contaminadas con material fecal, etc. De acuerdo con el ciclo de vida de los parásitos, la coccidiosis es una infección autolimitada porque no quedan etapas dentro del intestino después de que se completa el ciclo de vida y se excretan los ooquistes.

Epidemiologia e inmunología

La coccidiosis debe considerarse siempre como una enfermedad del rebaño y no como un problema de un animal individualmente. Una vez que los coccidios están presentes, se propagan ampliamente en el rebaño en unos pocos ciclos de vida del parásito. Los animales mayores desarrollan una inmunidad parcial a la infección, por lo que excretan solo una pequeña cantidad de ooquistes en la reinfección. La transmisión es mayor en granjas con alta densidad de población y alta concentración de animales jóvenes, produciéndose mayoritariamente por vía fecal-oral. La mayoría de los casos clínicos de coccidiosis se observan en animales menores de 12 meses de edad.

Los ooquistes de Eimeria tienen un alto potencial de supervivencia en el medio ambiente, pudiendo ser infecciosos durante al menos un año y resistir condiciones ambientales adversas debido a la gruesa pared de sus ooquistes. Son también resistentes a la congelación, cambios extremos de pH y baja disponibilidad de oxígeno; sin embargo, la exposición directa a la luz ultravioleta durante varias horas o la sequedad extrema es perjudicial para los ooquistes. Por lo tanto, una buena higiene ambiental y la exposición del local a la luz solar directa pueden ser de gran beneficio para minimizar los problemas de coccidiosis. Por el contrario, las áreas cubiertas que están húmedas y contaminadas con heces proporcionan condiciones óptimas para la transmisión.

La inmunidad se produce después de la primera infección, siendo específica de la especie Eimeria.

Patogenia y patología

El parásito actúa a nivel del intestino delgado, produciendo un daño significativo en la mucosa intestinal, causando un daño directo derivado de la destrucción de las células de la mucosa durante sus etapas de multiplicación. En Eimeria bovis también se produce la destrucción de las capas submucosas más profundas, incluida la invasión de los vasos linfáticos e incluso de los ganglios linfáticos mesentéricos. Por otra parte, el sistema inmunitario contribuye en gran medida al daño y la disfunción locales mediante una respuesta inflamatoria.

Las especies altamente patógenas Eimeria bovis y Eimeria zuerni en vacuno causan lesiones graves que se caracterizan por una destrucción epitelial extensa en el intestino delgado distal y en todo el intestino grueso, lo que lleva a enteritis hemorrágica y diftérica.

Síntomas

El síntoma principal de la coccidiosis clínica es la diarrea. La calidad de la diarrea puede variar mucho desde una consistencia fecal ablandada hasta una diarrea acuosa y un carácter hemorrágico. Los coccidios altamente patógenos a menudo provocan diarrea sanguinolenta en una proporción alta de los animales infectados, y pueden producir fiebre transitoria. En infecciones más graves, el ganado puede presentar depresión severa, deshidratación, membranas mucosas pálidas, pérdida de peso, anorexia, diarrea con sangre y coágulos, restos de las mucosas, tenesmo, signos nerviosos, e incluso la muerte.

Una forma especial de coccidiosis tanto las infecciones por Eimeria bovis como por Eimeria zuer pueden causar síntomas neurológicos, como convulsiones epileptiformes con opistótono y nistagmo (Coccidiosis nerviosa).

Diagnóstico

El diagnóstico de coccidiosis se basa principalmente en observaciones clínicas, por ejemplo, diarrea en animales jóvenes. Las muestras fecales se recogen y analizan para determinar la presencia de ooquistes de Eimeria. Aunque las altas densidades de ooquistes pueden demostrarse mediante técnicas sencillas de montaje húmedo, el método de elección es la flotación fecal que permite concentrar los ooquistes.

Control

En general, el control eficaz de la coccidiosis no se basa en la eliminación completa de Eimeria de las instalaciones afectadas. Niveles bajos de infección por lo general no producen la enfermedad, siendo incluso beneficiosas para el animal porque les permite desarrollar una inmunidad protectora contra futuras infecciones. Por lo tanto, el enfoque del control de la coccidiosis en rumiantes radica en la reducción de la presión de infección a niveles no críticos y la estabilidad endémica, en lugar de la erradicación del patógeno.

Prevención

La prevención se basa en gran medida en el manejo del rebaño, incluidas las medidas higiénicas, ya que no hay vacuna disponible. Los brotes de coccidiosis son un problema a nivel de rebaño y son fomentados por el estrés Además, los ooquistes persisten durante mucho tiempo en el medio ambiente, especialmente en condiciones de humedad. En consecuencia, es beneficioso un buen manejo general que asegure una baja presión de infección mediante la eliminación oportuna del estiércol. Además, las instalaciones diseñadas para permitir la luz solar directa pueden ser beneficiosas para reducir los niveles de ooquistes en el medio ambiente. Cuanto menor sea la dosis de infección, menor será el impacto de las infecciones por coccidios en la salud intestinal.

Debe enfatizarse que la eliminación completa del patógeno de las instalaciones no es posible ni deseable porque el contacto con infecciones de dosis baja asegura el desarrollo de inmunidad en los animales huéspedes. La desinfección, por ejemplo con lejía, cresoles o clorocresoles, ayuda a reducir la presión de infección en las instalaciones interiores. La mayoría de los otros desinfectantes muestran una actividad muy limitada contra las etapas de coccidios. La separación de los animales en diferentes grupos de edad ayudará a minimizar la transmisión.

En cebaderos con problemas de coccidiosis diagnosticados, comúnmente se aplican medicamentos específicos para la profilaxis anticoccidial. Los medicamentos disponibles se administran como aditivos alimentarios durante un periodo prolongado de varias semanas. En general, se dispone de fármacos coccidiostáticos y coccidiocidas. Los coccidiostáticos inhiben el desarrollo de las etapas internas de los coccidios, mientras que los fármacos coccidiocidas matan a los parásitos. En la actualidad, están disponibles en el mercado fármacos de ambos modos de acción. Los coccidiostáticos están representados por los fármacos amprolio, decoquinato. Por el contrario, las triazinas simétricas como el toltrazuril y el diclazuril son coccidiocidas. A diferencia de los otros medicamentos disponibles, el toltrazuril está destinado a una aplicación oral de dosis única; es altamente efectivo contra todas las etapas internas de Eimeria.

De manera óptima, el tratamiento anticoccidial se aplicaría después de la infección pero antes de que se hayan formado las últimas etapas de desarrollo de los parásitos; esto es aproximadamente dentro de los 14 días posteriores a la infección.

Los coccidiostáticos deben usarse de manera óptima durante al menos 28 días para garantizar que los animales tratados estén protegidos, ya que estos medicamentos no matan las etapas del parásito de inmediato, sino que inhiben su desarrollo. Una retirada temprana de un coccidiostático conducirá a un retraso en el desarrollo interno del parásito y, en consecuencia, aún puede dar lugar a una coccidiosis más adelante.

Tratamiento Terapéutico

Con la coccidiosis, un enfoque de tratamiento terapéutico no es el método de elección. Una vez que se detectan los ooquistes en las heces y se diagnostica la coccidiosis, la mayoría de la población de parásitos internos ya ha cumplido su ciclo de vida y el daño intestinal está fijado. Con y sin tratamiento, los animales con coccidiosis persistente necesitarán tiempo para recuperarse y sufrirán disentería prolongada. Sin embargo, el tratamiento aún puede tener un efecto beneficioso limitado, principalmente a nivel de rebaño. El número total de ooquistes excretados aún puede reducirse deteniendo el desarrollo en la proporción restante de los parásitos internos: esto ayuda a mantener baja la presión de infección. No obstante, en lugar de tratar terapéuticamente, se prefiere claramente un enfoque de tratamiento metafiláctico.

En bovino, el toltrazurilo, diclazurilo se usan para tratamiento terapéutico. Las sulfonamidas se pueden aplicar para controlar la coccidiosis clínica en el ganado. Además, se recomienda terapia sintomática (líquidos, electrolitos) y control de infecciones bacterianas intestinales secundarias y el control del tenesmo en caso de existir.

En Agropal dispones de un equipo veterinario perfectamente preparado para asesorarte en tu explotación.


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