Este año, las lluvias nos llevan acompañando desde la siembra de nuestros cultivos y esto, unido a una temperatura benévola, está haciendo que ya veamos los primeros hongos en nuestros cultivos. Ya nos encontramos con Septoria en trigo y con Helminthosporium y Rhincosporium en cebadas.

Para prevenir enfermedades fúngicas en nuestros cereales es recomendable llevar a cabo una serie de prácticas agronómicas como son:

• Rotación de cultivos: con esto conseguimos romper el ciclo de las enfermedades
• Manejo de rastrojos: es importante picar y enterrar los rastrojos para reducir la fuente de inóculos
• Selección de semillas: nuestra recomendación siempre es el uso de semilla libre de enfermedad y a poder ser certificada con una mayor garantía de sanidad
• Control de densidad y nitrógeno: las siembras muy densas son más propensas a padecer problemas de hongos, así como siembras abonadas con un exceso de fertilizantes nitrogenados

Pero a pesar de estas medidas, si el hongo afecta a nuestro cultivo es necesario realizar un tratamiento fungicida.

Es importante elegir el momento del tratamiento, y para ello debemos vigilar nuestros cultivos para ver cuándo empiezan a verse afectados por hongos, y sobre todo valorar la incidencia y la severidad del ataque para poder tomar la decisión correcta de tratar o esperar.

En cebadas, el momento ideal si no hemos visto ataque antes, sería al comienzo del encañado, pudiendo ir hasta el fin de floración.

En trigos, si no hemos detectado enfermedad antes, el momento idóneo para tratar sería en la aparición de la hoja bandera, para proteger a esta y mantenerla verde y sana para que la espiga grane correctamente.

Y es también importante la decisión de qué producto usar, no todos los productos son iguales de eficaces. Hay productos que hacen bien una enfermedad, pero se quedan cortos en otras, por lo que ese tipo de productos es recomendable mezclarlos con otro fungicida distinto para hacer un tratamiento completo y eficaz.

Otro factor que diferencia unos fungicidas de otros es el tiempo que nuestro cultivo va a permanecer protegido después del tratamiento, lo que nos interesa es que este tiempo sea lo más largo posible.

Si bien estos periodos de protección se pueden ver reducidos, respecto a lo que pone la etiqueta, si el ataque es muy severo o la condiciones son muy propicias para la propagación del hongo.

Un tratamiento fungicida siempre es rentable. Incluso el año pasado con altos calores y sequía en primavera, los agricultores que trataron su cultivo con fungicidas, a pesar de parecer una locura, vieron incrementada su cosecha entre 300 a 500 kg/ha.

Recuerda que es importante acudir a la Junta de Castilla y León para renovar el carnet de fitosanitarios antes de su fecha de caducidad